En cualquier sistema de agarre automatizado, la fuerza de sujeción determina si una pieza de trabajo puede sujetarse y transportarse de forma segura. Un agarre insuficiente puede causar deslizamiento de la pieza, desalineación o incluso daños en el equipo. Por lo tanto, evaluar con precisión si la fuerza de sujeción de una pinza es suficiente es crucial durante la selección y el funcionamiento.
La pinza debe proporcionar al menos 2 a 3 veces la fuerza gravitacional de la pieza para evitar el deslizamiento debido a la vibración o la inercia.
Fórmula de ejemplo:
Fuerza de sujeción requerida ≥ Peso de la pieza × g × Factor de seguridad (generalmente 2~3)
Una fricción más baja entre la mordaza de la pinza y la pieza de trabajo requiere una mayor fuerza de sujeción. Por ejemplo, acero sobre acero tiene un coeficiente de ~0,3, pero el aceite en la superficie puede reducirlo significativamente.
El levantamiento vertical requiere fuerza para contrarrestar la gravedad total. Los movimientos a alta velocidad o las paradas repentinas aumentan la necesidad de un agarre más fuerte debido a la inercia añadida.
Los entornos hostiles (calor, polvo, humedad) pueden afectar el rendimiento de la pinza. Las pinzas neumáticas, eléctricas y autoblocantes varían en su estabilidad y seguridad en diferentes condiciones.
Utilice la tabla de fuerza de agarre-presión de aire-carrera proporcionada por los fabricantes para estimar las capacidades.
Elija pinzas con sensores integrados para la retroalimentación de confirmación de agarre para mejorar la seguridad.
Las pinzas de sujeción alta y enérgica oscilan entre 30 N y 100 N, adecuadas para chapa metálica y piezas medianas a pesadas.
Para operaciones críticas para la seguridad o piezas grandes, se recomiendan encarecidamente las pinzas autoblocantes para evitar la caída de piezas durante la pérdida de presión.
La fuerza de sujeción no debe ser simplemente “lo más fuerte posible”, sino que debe coincidir con el tamaño de la pieza, el material, la velocidad de manipulación y el diseño del sistema. La evaluación adecuada de la fuerza y la selección de la pinza son clave para garantizar una producción automatizada segura, estable y eficiente.